[YeWook] El Maullido del Gato - Cap 12

Capitulo Doce






Wook se agazapó entre el montón de hojas de la rama del

árbol tanto como pudo. Estaba bastante seguro de que a la luz

de la luna, su piel blanca se destacaba como un faro para los dos

soldados que caminaban hacia él.



Y si no era así, entonces lo olerían. Los felinos tenían un

gran sentido del olfato. Esa era la forma en la que eran alertados

del peligro, las fuentes de alimentos, e incluso la excitación

sexual. Estos eran dos soldados entrenados para diferenciar

entre olores, captarían el olor único de Wook en una fracción de

segundo si se acercaban lo suficiente.





Wook quería que Yesung volviera a la ventana. Todavía

estaba un poco sorprendido de que hubiera vuelto, pero todavía

estaba demasiado asustado para tratar con eso ahora. Sólo

quería estar con él, donde estaría a salvo.



—¿Wook, bebé?



Wook apartó la mirada de los dos soldados y se giró hacia

la ventana abierta. —¿Sí?



—¿Dónde están ahora? —Yesung le preguntó a pesar de que

Wook no podía verlo a través de la ventana debido a la oscuridad

del cuarto—. No los puedo ver desde donde estoy, y si me

inclino más por la ventana, tal vez me vean. Necesito que seas

mis ojos y oídos, gatito. ¿Puedes hacer eso por mí?



—Sí.



Wook miró hacia abajo a la acera. Los dos soldados

acababan de llegar a la escalera que llevaba al edificio. Se

detuvieron y miraron a su alrededor con desconfianza. Wook

podía ver sus labios moverse, pero no podía escuchar lo que

estaban diciendo.



Tenía miedo de que escucharan su corazón cuando empezó

a palpitar con mayor rapidez. Cuando los dos hombres se

separaron, uno entró al edificio, y el otro se fue a la parte

trasera, Wook ni siquiera tuvo tiempo para exhalar un suspiro

de alivio. Quería volver al interior del apartamento donde

estaba Yesung.



Bajó de un salto a la rama de al lado y corrió hasta el final.

Se detuvo un momento para recobrar el equilibrio cuando la

rama comenzó a tambalearse y saltó a la ventana. Las garras de

Wook arañaron la madera de la ventana cuando empezó a

resbalarse.



Empezado a maullar, ante el hecho de saber que iba a caer

en picado hasta su muerte, cuando de repente unas manos lo

agarraron y lo arrastraron hacia el dormitorio. Wook bufaba,

siseaba y arañaba al que sostenía, desesperado por escapar.



—¡Wook , detente, maldita sea, esa mierda me duele!



Se desplomó contra el hombre, de repente dándose cuenta

de que Yesung había sido quien lo había sostenido y metido por la

ventana abierta. El corazón le latía en el pecho, pero no con

miedo. Golpeaba con alivio. Estaba a salvo. Estaba donde se

suponía que debía estar. En los brazos de su pareja.



—Joder, Wook, pensé que te ibas a caer del puto árbol. —

Wook se retorció, lamiendo las heridas que sus garras le habían

dejado a Yesung en los brazos—. No vuelvas a hacerme eso otra

vez, bebé. Pensé que iba a perder la cabeza cuando te vi sentado

en esa rama.


El pecho de Wook retumbó, cuando Yesung empezó a pasar

sus manos por su piel. Le encantaba la sensación de las manos

de su compañero en él, incluso en su forma de gato, a pesar de

que la forma humana tenía sus ventajas.



—¿Te hiciste daño cuando saltaste? —Le preguntó Yesung—.

¿Te duele en alguna parte?



Wook cambió, encontrándose en su forma humana,

acunado en el regazo cuando el hombre se sentó en el suelo

junto a la ventana. Se enroscó en los brazos deYesung, cerrando

los ojos, cuando empujó su cara contra el cuello del hombre e

inhaló su olor único.



—Estoy bien.



Los brazos de Yesung se apretaron en torno a él. —Te lo juro,

Wook , si alguna vez me asustas así de nuevo voy a nalguearte el

culo hasta que no te puedas sentar en una semana.



Sus ojos se abrieron por la sorpresa. Se inclinó hacia atrás

para mirar a su pareja, confundido por el temor que podía oír en

la voz del hombre. —¿Por qué tienes miedo? Te fuiste.



—Fui a buscar la cena, Wook. No me fui.



—Tú... ¿Fuiste a buscar la cena? —susurró él.



—¿No me abandonaste?



—Dios, no, ¿qué te ha hecho pensar eso?



—No lo hiciste... —Wook tragó saliva y apartó sus ojos de la

intensa mirada de Yesung—. No te gustaron las respuestas que te

di, así que pensé que te habías ido.



Ansiosamente apretó la cara contra la garganta de Yesung

cuando el hombre se presionó contra su cabeza. —No, no te

estaba dejando, gatito. Sólo fui por la cena. —Yesung le acarició el

pelo y la espalda a Wook.



—Ahora, quiero que me escuches. No te voy a dejar. Nunca

te dejaré. Formamos un equipo.



—¿Sí? —Wook no trató de no sorberse los mocos, cuando

las lágrimas asomaron a sus ojos por las palabras de Yesung.



—Sí. Podemos tener desacuerdos, pero tenemos que

superarlos, no ignorarlos o dejarnos uno al otro.



—Nunca te dejaré —susurró Wook en silencio.



—Puede haber ocasiones en las que quieras hacerlo. No

soy un hombre fácil con el que vivir, y no sé nada de relaciones.

Está es mi primera vez.



—Creo que me gusta el sonido de eso.



—¿Sí?



Wook se echó a reír cuando el asesino repitió las palabras

otra vez. —Sí.



Los ojos del joven se abrieron como platos cuando la mano

de Yesung se enroscó en su pelo y tiró de su cabeza hacia atrás.

Empezó a protestar solo para que el sonido fuera ahogado por

una boca que cubrió la suya. Cualquier cosa que iba a decir se

evaporó de su cabeza cuando su mente se ablandó.



Los labios de Yesung lo rozaban suavemente al principio,

pero cuando Wook abrió la boca y la lengua de Yesung se deslizó

en él, el beso se volvió feroz. Wook gimió y volvió a empujarse

más cerca del hombre, entregándose a la pasión del beso.



Yesung nunca lo había besado antes. Wook esperaba que

nunca dejara de besarlo si esto era lo que se sentía. Sus

emociones giraban y patinaban mientras los labios de Yesung

violaban los suyos. El hombre era un maestro de los besos, y

Wook tenía toda la intención de ser su entusiasta estudiante.



Cuando el asesino finalmente levantó la cabeza, ambos

estaban jadeando.Wook, observó que los ojos de Yesung estaban

medio cerrados, con el rostro enrojecido. Sabía que

probablemente se veía de la misma manera. Se quedó atónito.



—Nunca me habías besado —susurró Wook.



Uno de los lados de la boca de Yesung subió mientras

sonreía. —Los asesinos no besan, Wook.



—Lo siento. —Wook bajó rápidamente los ojos para que

Yesung no viera el dolor que le trajo esa declaración. Realmente le

gustaba besar, pero si Yesung no quería besarlo, no insistiría.

Wook trató de mantener la mirada baja, cuando Yesung le levantó

la barbilla, pero no pudo evitar darle un vistazo rápido. Lo que

encontró hizo que su corazón titubeara en su pecho.



La cara de Yesung estaba llena de una paz que solamente le

había visto después de haber tenido sexo. Las líneas de tensión

se habían borrado de su frente. La suave sonrisa en sus labios

parecía que era real, y llegaba hasta sus hermosos ojos color

avellana.



—Ya no soy un asesino, Wook. Soy tu guardián. —La

sonrisa de Yesung se hizo más grande—. Eso significa que puedo

darte un beso cada vez que quiera.



Como para probar su punto, Yesung se inclinó reclamando

los labios de Wook de nuevo. Éste al instante gimió, apoyándose

en el beso, apretándose contra el pecho y pasando un brazo

alrededor del cuello del hombre. Realmente le gustaban los

besos. Podría convertirse en uno de sus pasatiempos favoritos.


—Me encanta besarte —gimió Wook—. Creo que podría

acostumbrarme a eso.



Yesung se rio entre dientes y de repente levantó a Wook,

balanceándolo a su alrededor hasta que lo sentó a horcajadas en

su regazo. Wook gimió cuando sintió la polla del hombre

presionarse contra él a través de sus pantalones. Yesung le agarró

el culo y lo exprimió.



—Algún día voy a correrme de esta manera, Wook—Yesung

le gruñó al oído—. Voy a deslizar mi polla en el culo y besarte

hasta que llegue.



La propia polla de Wook saltó al oír las palabras. —¿Ahora?

—Yesung se rio y afirmó su boca en la de Wook, hambriento,

llenándolo de besos. Wook habría seguido besando a Yesung, todo

el tiempo, si alguien no hubiera golpeado la puerta de la

habitación. Se puso tenso, cuando Yesung gruñó y separó sus

labios.



—Yesung, hombre, tienes que salir, necesitas hacerlo ahora

mismo.



Wook reconoció de inmediato la voz que llegaba a través de

la puerta, era Kyu. Solamente cuando escuchó la intensidad en

el tono del hombre recordó Wook a los dos soldados en el

exterior que venían a matarlo.



—Yesung, esos dos hombres, uno entró en el edificio y el otro

dio la vuelta hacia atrás. —Wook nervioso tiraba de los bordes

de la camisa de su compañero—. Lo siento, olvidé decírtelo.



—Está bien, bebé —dijo Yesung mientras lo ayudaba a

ponerse de pie y luego se levantaba el mismo. La mano de Yesung

nunca dejó el brazo de Wook—. Quédate conmigo, ¿vale? No

quiero que nada te suceda.


—Yesung, estoy cansado de esos chicos vengan a por mí. Sólo

quiero que todos se vayan.



—Lo sé, bebé.



—No me gusta tener miedo,Yesung.



—No tendrás que esperar mucho más,Wook. —Este

empezó casi a ronronear de nuevo cuando la mano de Yesung le

acarició la cara. Si no estuviera tan asustado, lo haría—. Sólo un

poco más, bebé, voy a resolver esto, ¿vale?



—Voy a ser rey si eso es lo que quieres —dijo Wook

mirándolo.



—Sólo quiero que seas feliz, estés seguro y

preferentemente conmigo. El resto no me importa.



—Bueno, eso tiene sentido. —Wook se rio alegremente—.

Cuando me siento feliz y seguro es únicamente cuando estoy

contigo.



—Ven, amor —dijo Yesung cuando empezó a tirar de Wook

hacia la puerta de la habitación—. Vamos a ver lo que tiene a

Kyu fuera de sus casillas, y busquemos a esos dos chicos que

están detrás de ti. Creo que también tenemos que tener una

larga discusión con todos los demás acerca de eso de ser rey.



Wook asintió y lo siguió, hasta que Yesung oyó un alto

gruñido amenazador que provenía de la ventana abierta. Antes

de que Wook pudiera darse la vuelta, fue empujado al suelo y

Yesung se puso delante de él.



El ruido de un forcejeo y fuertes golpes llenaban el

ambiente cuando Wook se dio la vuelta sobre su espalda. Apenas

pudo contener sus lágrimas cuando vio Yesung librando una lucha

contra un león en plena madurez. Y parecía que podría estar

perdiendo.


—Kyu—Wook gritó con toda la fuerza de sus pulmones

mientras cambiaba a su forma de gato. No sabía que podía

hacer para ayudar a Yesung, pero no podía sentarse allí y ver a su

compañero salir lesionado, tal vez muerto.



Wook se subió de un salto sobre la cama y esperó al

momento oportuno. En el segundo en el que el león y Yesung

rodaron en su dirección, Wook atacó. Aterrizó sobre el pelaje del

león y le clavó sus garras tan profundamente como podía. Lo

mordió clavándole los pequeños colmillos, sintiendo la sangre

inundando su boca mientras sus dientes se hundían en la oreja

del león.



No sería suficiente para que el león resultara gravemente

herido, pero tal vez sería suficiente para distraerlo y que así

Yesung pudiera ganar la posición.Wook oyó la puerta de la

habitación abrirse cuando la pata del león lo golpeó, enviándolo

volando por la habitación.



Wook se estrelló contra la pared y se deslizó hasta el suelo

con un fuerte maullido. Se quedó allí, jadeando debido al dolor

que arrasaba su cuerpo, mientras observaba a Kyu y Donghae

atacar al león que agredía a su pareja.



Los ruidos de los gritos y más gritos y los gruñidos eran

tan fuertes que le hacían daño en los oídos aWook. Las cosas

alrededor de la habitación se estrellaban contra el piso y los

muebles estaban quedando destrozados cuando los hombres y

el león rodaban mientras luchaban. El lugar era un desastre.



Wook cambió de nuevo a su forma humana y agarró el

mueble más cercano, cogiendo una pata rota de la pequeña

mesa, sentándose cerca de la ventana. Se puso de pie

sosteniendo el trozo de madera por encima de su cabeza con

ambas manos, a la espera del momento justo.


Llegó tan sólo unos segundos más tarde, cuando el león

mordió a Yesung en el hombro y rodó, tratando de atraparlo

debajo de él. Usando toda su fuerza, Wook rompió la pata de la

mesa sobre la cabeza del león. Escuchó un fuerte rugido, y la

pata se rompió en varios pedazos.



Su respiración se quedó atrapada en su garganta, cuando

el león giró su cabeza mirándolo. Lo miró tan sólo unos

segundos antes de que sus ojos se quedaran en blanco y cayera

al suelo. Wook jadeaba pesadamente cuando se puso de pie

sobre el león, observando para ver si estaba engañándolo y de

repente saltaba y lo atacaba o si era verdad que estaba

inconsciente.



Después de unos momentos sin ningún movimiento, Wook

dio un suspiro de alivio. Dejó caer los restos de la pata de la

mesa al suelo y corrió hacia donde estaba Yesung intentando

sentarse. Se puso de rodillas alcanzado al hombre, mientras sus

ojos evaluaban la lesión de un vistazo.



Yesung estaba gravemente herido. Pero sus heridas no

deberían amenazar su vida, aunque estaba sangrando mucho,

sobre todo la marca de la mordida en el hombro. Los colmillos

de un león podían hacer mucho daño y de hecho, se lo habían

hecho.



—Yesung, ¿estás bien?



—Voy a estar bien,wook. —Su pareja hizo una mueca

mientras se sentaba más lejos y se deslizaba de nuevo para

apoyarse contra un lado de la cama—. ¿Por qué no vas por

algunas toallas para contener la hemorragia?



Wook asintió y se puso en pie corriendo al baño. Estaba de

vuelta un momento después, de rodillas al lado de Yesung. Trató

de tener cuidado mientras presionaba una de las toallas en la

herida sangrante. No quería hacer nada que le hiciera daño.


—¿Cómo de grave es, bebé?



Wook hizo una mueca, mientras levantaba la toalla y veía

el daño. Grandes marcas de colmillos estropeaban la perfecta

piel deYesung. Dentadas irregulares mostraban que los dientes

del león se habían hundido en piel y músculos.



—Necesito asegurarme de que nada esté roto —dijo Wook

cuando tentativamente se acercó y sondeó la herida, con

cuidado de no hacer contacto directo con las lesiones. Tanteó

alrededor de los bordes sintiendo si había cualquier cosa que

pudiera estar fuera de lugar, además de los bordes dentados.



—Por Dios, Wook, tu mano. —Yesung se apartó.



—¿Qué? —Wook gritó cuando apartó su mano—. ¿Te

duele?



—No, pero tu mano se puso muy caliente.



—¿Caliente? —Wook se dedicó a mirar la palma de su

mano. Sus ojos se abrieron. Se sorprendió al ver una brillante

luz azul pálida alrededor de la palma de su mano—. Que…



Nunca había visto nada igual. Cuanto más tiempo

mantenía su mano lejos de Yesung, más débil se hacía la brillante

luz azul. Wook frunció el ceño y movió su mano más cerca de la

herida. La luz azul brilló más intensamente.



—¿Qué coño? —Yesung susurró.



Wook bajó su palma y la presionó sobre la hemorragia de

la herida abierta en el hombro de Yesung. Cuando la levantó un

momento después, la hemorragia había disminuido a un goteo

ocasional.



De repente, emocionado, Wook presionó la palma contra la

lesión otra vez, solo que ahora durante más tiempo. Podía sentir

a Yesung mirando, pero decidió concentrarse en lo que estaba

haciendo en lugar de responder a las preguntas que podía ver

formándose en los ojos de su compañero.



Cuando Wook finalmente levantó su mano otra vez, la

herida ya no sangraba. El tejido de la carne arrugada y rosa

estaba reparado, y la marca de la mordida parecía que había

ocurrido hacía días en lugar de tan solo unos minutos.



—¿Cómo te sientes? —preguntó Wook mientras miraba a

Yesung.



—En realidad no estoy demasiado mal, solo un poco

dolorido, pero no dolor de verdad. —Los ojos de Yesung lo

miraban confundido—. ¿Qué hiciste?



Wook se encogió de hombros. —No estoy seguro

exactamente. —Levantó su mano y contempló como la luz azul

se resistía a irse de su mano—. Creo que esta cosa de color azul

claro te sanó.



—¿Estás bien? —Le preguntóYesung, cogiendo el brazo de

Wook—. No te has hecho daño de ninguna manera, ¿verdad?



—No, me siento bien.



Yesung de repente le dio un tirón acercándolo hasta que

estuvieron nariz con nariz. —No vuelvas a hacer algo así de

nuevo si no sabes lo que está pasando.



—Yesung, sólo estaba tratando de…



—Sé lo que estábas tratando de hacer, bebé, y lo aprecio,

pero no es aceptable que te pongas en peligro. ¿Entiendes?



—Pero yo… —Wook señaló al león inconsciente—. No podía

dejar que te hiciera daño,Yesung.


—No estoy hablando de eso,Wook. —Su pareja tomó la

mano y la acercó a él—. Estoy hablando de esto. No

tenías idea de lo que pasaría cuando me sanaste. Podrías

haberte lesionado o... o algo peor.



Wook sonrió al oír el pánico en la voz del hombre. Se

empujó hacia adelante hasta que sus labios se encontraron,

colocando un pequeño beso en los labios de Yesung antes de

mirarlo a los ojos. —Haría cualquier cosa para mantenerte a

salvo.



A pesar de que dijo las palabras, Wook se dio cuenta de que

no había hecho todo lo posible para mantenerlo seguro. Había

estado demasiado ocupado tratando de mantenerse a salvo. Y

tal vez era el momento de cambiar eso, era el tiempo de que se

levantara y fuera un socio equitativo en su relación con Yesung. Su

compañero no se merecía menos.



—Tengo algo que hacer. —Wook se alejó de Yesung y se puso

de pie. Había empezado a cruzar la habitación cuando un ligero

movimiento del león le llamó la atención. El joven lo señaló. —

Se está despertando. Te sugiero que o bien lo golpees de nuevo o

lo ates de alguna manera. ¿Y alguien sabe qué pasó con el otro

soldado?



—Minho lo tiene en la sala de estar. Está controlado.



Se volvió a echar un vistazo sobre su hombro a Donghae

cuando el hombre habló y asintió. —¿Quieres venir conmigo?

Sabes más acerca de todo esto que nadie, y podría necesitar tu

ayuda.



—Por supuesto, alteza.



Wook puso los ojos en blanco. —Es Ryeowook, ¿de acuerdo?

Esa cosa de alteza me da escalofríos.



—Sí, alte… digo Ryeowook.


Éste asintió y comenzó a salir de la habitación solo para

detenerse cuando Yesung lo llamó. Se dio la vuelta para

encontrarse a su pareja de pie, una mirada severa fruncía su

frente.



—¿Wook, dónde infierno te crees que vas ahora? —Soltó

Yesung— Hay otro de esos cambiaformas en la otra habitación.



—Está bien, ven conmigo. —Wook se dio la vuelta y salió de

la habitación, con la esperanza de que Donghae, y Yesung,

estuvieran justo detrás de él. Vio a Minho y al segundo

cambiaformas de inmediato cuando entró a la sala de estar.

Minho estaba de pie delante del hombre con los brazos cruzados

sobre el pecho. El hombre estaba sentado a sus pies, sus manos

apoyadas en sus dobladas rodillas.



—¿Cuál es tu nombre? —preguntó Wook mientras

caminaba hasta él. Vio a Minho ponerse tenso por el rabillo del

ojo cuando el hombre en el suelo, lo fulminó con la mirada—.

Creo que te hice una pregunta.



—¡Que te jodan! —Sentenció el hombre.



Wook cruzó los brazos sobre su pecho mientras sonreía. —

¿Es por ahí por donde quieres ir?



—No tengo que contestar a ninguna de tus preguntas.



—Es verdad, no tienes, pero tu amigo en la otra habitación

no va a ser de ninguna ayuda para ti. Noqueé su culo.



—¿Tú? —El hombre resopló mientras lo miraba de arriba

abajo—. Tengo serias dudas sobre eso.



Wook sabía que no había mucho que mirar en él. Era

mucho más bajo que el resto de los que estaban en la sala y un

viento fuerte probablemente que se lo llevaría. Sin embargo, eso

no quería decir que estuviera totalmente indefenso. Tenía

algunos talentos ocultos que estaba descubriendo ahora.



—¿Quieres probarme?



El hombre gruñó y se puso tenso, como si fuera a saltar a

sus pies y atacar. Wook sintió de repente un brazo envolviéndose

alrededor de su cintura y tirándolo lejos cuando Donghae corrió

hasta pararse a un lado del hombre. Minho dio un paso más

cerca al otro lado, todos los hombres lo rodeaban.



—Wook, esto sería más fácil si simplemente le mostraras

quién eres en realidad —dijo Yesung—. No lo sabe, ¿recuerdas?



—Está bien, pero era más divertido a mi manera. —

Mantuvo sus ojos en el soldado, se puso en cuclillas en el suelo y

cambió a su forma de gato. El rostro del hombre palideció hasta

el blanco nuclear.



—¡No! —gritó—. ¡Jodida mierda!



Wook cambió de nuevo y se levantó. —¿Quieres intentarlo

de nuevo?



—Cómo... —El hombre negó como si no pudiera creer lo

que estaba viendo—. Me dijeron que había muerto.



—Sí, eso me han dicho.



—Pero, ¿por qué? —preguntó—. Debería estar gobernando

la manada, no escondiéndose aquí cuando están siendo

enviadas personas a matarle. Esto está mal.



—No podría estar más de acuerdo —dijo Yesung cuando se

acercó para estar junto aWook, envolviendo posesivamente un

brazo alrededor de su cintura—. Estoy realmente cansándome

de tener soldados viniendo a por mi compañero.


—Por lo tanto, vamos a terminar con esto —dijo Wook—.

¿Dónde tiene el rey Sung Pyo actualmente la corte?